La aversión al riesgo por México no da tregua al IPC
Clara Zepeda
Las tensiones siguen zarandeando al Índice de Precios y Cotizaciones (S&P/BMV IPC) de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). La aversión al riesgo por México no da tregua y mantiene al principal índice accionario mexicano en la lona.
En medio de volúmenes de operación bajos, provocado, en parte por el verano, estación preferida por los inversionistas para hacer maletas y salir de vacaciones, esto último entre paréntesis en los últimos años, ya que se mantienen con un ojo a la playa y otro a las pizarras de los mercados, el IPC cerró la sesión de remates de este 23 de julio debajo de los 41 mil puntos, en las 40 mil 935.34 unidades.
Desde los últimos máximos de junio pasado sobre los 44 mil enteros, el mercado accionario nacional se ha ajustado casi un 7.0 por ciento, lo que ha llevado a varias acciones a mostrar niveles relativos de sobreventa.
Con este último movimiento de baja, el mercado ya registra un rendimiento negativo en el año, cercano al 2.0 por ciento, 1.69 por ciento nominal, para ser exactos.
Diría el refrán: "al perro más flaco se le cargan las pulgas". Y es que la Bolsa Mexicana ha sido el flanco perfecto para medir la aversión al riesgo de los inversionistas sobre los cambios que se están registrando en México. De la maquinaria de inversión detenida, de los proyectos que no arrancan, de los planes de negocios incompletos (sobretodo el de Pemex, según las firmas de riesgo crediticio) y de las advertencias de las calificadoras, entre las más destacadas.
El FMI no pinta
Parece conjugarse una coyuntura local que no convence a los inversionistas. Tan sólo el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó a la baja su pronóstico de crecimiento económico para México de forma importante, a 0.9 por ciento contra el 1.6 por ciento que pronosticaba anteriormente.
Así, se trata de la quinta reducción al crecimiento estimado en los últimos 12 meses por parte del organismo. La reducción tan fuerte obedece a la debilidad en la inversión, caída en la confianza y el riesgo de que eventualmente aumente la deuda pública.
Pero la historia no terminó ahí. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, consideró que el FMI no tiene “calidad moral” para esas proyecciones que considera poco confiables.
Todo lo anterior provoca que la inversión se detenga hasta tener más certezas, hasta que los planes aterricen, lo que afecta la cotización de las empresas más representativas del país y que cotizan en Bolsa (que algunas tienes sus conflictos internos), también hay que aclarar.
No salen con Bolsa
Ante los niveles que alcanza el IPC, es una oportunidad de inversión pues se encuentran títulos baratos.
Sin embargo, si yo quiero colocar acciones de una empresa en Bolsa y quiero por ella, por decir un número, diez veces utilidades y volteo a ver las públicas y éstas están siete veces utilidades, pues ningún inversionista me va a dar mis diez, ya que la primera evaluación que se hace es la comparación con las emisoras que ya están en los mercados.
Como emisor digo: voy a salir muy barato; es decir, me voy a diluir más. Espero un mejor momento de los mercados, y de las valuaciones comparables.
Así, ha transcurrido un año en que conviven dos bolsas de valores en el país y México sufre una ‘sequía’ de 21 meses sin ofertas públicas iniciales (OPI’s), la peor desde la crisis financiara internacional de 2008-2009, pero todo parece indicar que seguirá unos meses más.
Pues, a prepararse para más volatilidad...

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